El diseño de iluminación para el edificio parte del encargo del arquitecto de transformar este «teatro envuelto» en un artefacto luminoso en el paisaje urbano. Trabajar juntos en el concepto e integrar las soluciones con el diseño arquitectónico fue crucial para obtener el resultado. Se realizaron simulaciones a escala real para llegar a una solución de iluminación equilibrada. La imagen del edificio como una lámpara tenía que ser suave, similar a una lámpara de papel, pero la luz tenía que ser lo suficientemente fuerte como para ser notada al lado de la luz de la ciudad. El edificio es un volumen rectangular matemáticamente dispuesto en módulos estructurales de 3,9 x 3,9 x 3,9 metros y completamente envuelto con una membrana blanca de PTFE. Las estructuras que soportan la membrana no construyen una fachada lineal vertical, sino con una inclinación diferente en cada piso. Estas inclinaciones fueron un desafío a la hora de ubicar y dirigir a los grazers ubicados en el segundo piso de todo el perímetro del edificio. La luz del interior brilla a través de la membrana y la estructura es revelada por las sombras proyectadas en la fachada, exponiendo la estructura interna y el funcionamiento del edificio. Durante el día, el edificio parece un volumen sólido, con lados muy afilados y blanco impenetrable. Durante la noche, el edificio se vuelve translúcido, permeable y suave.